Modelos de negocio más eficientes aplicando la economía circular


La segunda sesión del ciclo de encuentros online “Hacia una economía circular”, organizado por Funseam y Fundación Repsol, se ha centrado en los retos que supone la mejora de la eficiencia en los procesos productivos y en la necesidad de convertir los residuos en productos de alto valor añadido. En esta ocasión han participado tres empresas que trabajan para que la economía circular sea rentable para el medio ambiente, pero también para los inversores.
Ciclo de Economía Circular

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Martí Parellada, catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona y miembro del Patronato de Funseam ha inaugurado la sesión y ha resaltado que “el actual modelo productivo y unos niveles de consumo en constante aumento, dan como resultado un sistema no sostenible, que ejerce presión sobre los recursos y el capital natural, degrada rápidamente los ecosistemas y hace que los precios sean excesivamente volátiles”. En sus palabras, es necesario un cambio de modelo productivo.

La mesa redonda, moderada por Miguel Ángel Patiño, jefe de investigación del diario Expansión, ha contado con la participación de tres empresas que aportan soluciones innovadoras y disruptivas en distintos ámbitos productivos:

Recircular es una plataforma digital que pone en contacto empresas que quieren vender sus excedentes con aquellas que quieren comprarlos para convertirlos en recursos. Este proyecto, que dentro de 3 años prevé salvar de los vertederos más de 50.000 toneladas de residuos, detecta oportunidades de reutilización, pero también mide el impacto ambiental de cada transacción que realiza. En palabras de su fundadora, Patricia Astrain, “uno de los pilares de la economía circular es ver los residuos como recursos. Por eso, donde vosotros veis basura nosotros vemos una oportunidad”.

Optimitive es una empresa de alta tecnología centrada en la optimización de los procesos industriales. Cuenta con una aplicación de inteligencia artificial que da soporte a ingenieros en su toma de decisiones y genera mejoras en aspectos como la productividad, el control de calidad o los ahorros energéticos. Guiomar Arcay ha explicado el funcionamiento de la herramienta, que han implementado con éxito “en plantas de producción de cemento, en empresas de gas y petróleo o en el sector químico, con mejoras en el rendimiento entre un 4% y un 10%”.

E4efficiency es una spin-off del grupo Enagás, que aprovecha el frío que se desperdicia en las plantas de regasificación de gas natural licuado. Por ejemplo, se está utilizando ya en la mayor fábrica de hielo de Europa, que está instalada en Barcelona, o en el proyecto Hub Logístico de Frío Sostenible, en el Puerto de Huelva. Eso supone un 50% de ahorro eléctrico y un 90% de ahorro en huella de carbono. Según Javier Ruesga, “la energía de frío sostenible es un nuevo concepto de energía verde que aún no se conoce”.

La sesión se ha cerrado con un debate sobre el papel de la innovación en la búsqueda de soluciones para reducir la necesidad de materias primas, disminuir los costes energéticos e incrementar la permanencia de los productos en el círculo económico. Todos los ponentes, además, han coincidido en la necesidad de hacer llegar estos beneficios a la ciudadanía, que también está implicada en este cambio: “Las industrias tienen que entender que no solo se trata de cuidar el medio ambiente sino también hacer negocio con ello. Es una imposición si queremos seguir manteniendo el actual ritmo de vida.”